martes, 5 de noviembre de 2013

Eficacia y eficiencia del uso de las TICs en los centros educativos

Para que las nuevas tecnologías sean eficaces y eficientes en los centros educativos, hemos de tener las ideas claras para saber qué queremos trabajar con los alumnos, cómo queremos hacerlo y cómo lo vamos a evaluar posteriormente.

A continuación expongo un vídeo en el que el profesor Manuel Area Moreira nos explica tales cuestiones, las cuales comento posteriormente.



¿Cómo entendemos la eficacia o eficiencia de las TIC en los centros educativos? Se trata de la primera cuestión que se plantea en el vídeo y, como bien destaca el profesor, nos creemos o pensamos que esa eficacia está referida a la cantidad de contenido que aprende un alumno sobre cada materia gracias al uso de las nuevas tecnologías. Esto tiene que cambiar, ya que estoy de acuerdo en que los estudiantes tengan que aprender contenidos, pero el uso de las TIC tiene que llegar mucho más allá, no nos podemos conformar con que gracias a ellas aprendan o no sobre determinadas materias. Es decir, que las TIC son eficaces además para otro tipo de aprendizajes y gracias a ellas se consiguen "alumnos autónomos y alumnos capaces de expresarse a través de múltiples formatos de lenguajes". (Manuel Area Moreira).

Todos conocemos y hemos comentado en otras ocasiones que para que el uso de las TIC sea eficaz en los centros educativos se necesita todo lo que Area Moreira cita en este vídeo: disponibilidad de tecnología abundante en las aulas y en los centros en general, conectividad, disponibilidad de material educativo en formato digital, aspectos que en la mayoría de los casos no se dan, sino todo lo contrario, nos encontramos con problemas de conexión en los centros, falta de recursos,..., dificultándose así la eficacia de las nuevas tecnologías. Del mismo modo sabemos también que para que las TIC sean eficientes y el rendimiento de los alumnos sea óptimo, el modelo educativo que necesitamos es aquel que apueste por aprender haciendo, investigando, construyendo nuestros propios aprendizajes y fomentando el trabajo colaborativo.

Por último, como he comentado anteriormente, tenemos también que tener claro que hemos de comprobar o evaluar si esas tecnologías que hemos empleado a lo largo del proceso educativo han resultado ser o no eficaces, y para ello, hemos de ver cuál es el grado de satisfacción de los alumnos y del profesorado y ver la calidad de las nuevas experiencias de aprendizaje. Es decir, comprobar que gracias a las herramientas empleadas los alumnos han alcanzado adecuadamente los objetivos que nos hemos propuesto con anterioridad.

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